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MARKETING 01.12.2016 | LATINOAMéRICA | REFLEXIÓN A PARTIR DEL ÚLTIMO EPISODIO DE LATIN TALKS: DEJARLO IR, ESA ES LA CUESTIÓN

El talento latino brilla en todas las regiones
El bautizado “cuarteto mexicano de Hollywood”, puro talento latino: el director de fotografía Emmanuel Lubezki y los directores Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu.

El talento latino brilla en todas las regiones

El talento regional ya es reconocido mundialmente. En diversos rubros hay latinoamericanos que brillan en otras regiones. ¿Está bien dejarlos ir?

“Yo soy latino” son las tres palabras preferidas para la mayoría de los habitantes de la región. Con orgullo y la frente en alto, dicen: Yo soy latino, soy creativo, soy divertido, soy apasionado, soy solidario, soy audaz, soy intenso... Yo soy talento. Una identidad que agrupa a muchos países diferentes, pero que bajo ese grupo de palabras genera homogeneidad de culturas, de razas, de religiones y de creencias.

Hay latinoamericanos en todas partes del mundo que van dejando su huella. ¿Está bien dejarlos ir o es necesario retenerlos? Algunas empresas o agencias creativas ofrecen todo tipo de comodidades para lograr que los talentos no se vayan. Un caso particular, que se puede vislumbrar a través de diversas entrevistas realizadas por Marketers by Adlatina a profesionales de Unilever en las que aseguran que el trato y la flexibilidad hacen que sigan eligiendo esa empresa para trabajar, a pesar de contar con varios años de carrera en la misma empresa. De todos modos Unilever sí les da la posibilidad de irse a otros países, pero dentro del mismo grupo.

Además del crecimiento profesional y de un buen salario, que son causas materiales, ¿qué valores abstractos juegan a la hora de decidir quedarse o partir? La respuesta puede estar en que en otros países tienen la oportunidad de desarrollarse más profesionalmente y en que muchos lugares crean equipos multiculturales: en esos casos, el valor abstracto es el aprendizaje. Un profesional con estas características, sediento de conocimiento y de nuevas aventuras, sale nutrido de este tipo de experiencias. Y algunos hasta concretan la utopía de devolver algo de ese conocimiento al retornar a su país de origen.

Todos ellos forman la industria naranja, y no sólo los talentos que se dedican a la publicidad o al marketing son los que prueban su talento o se instalan en otros países europeos o asiáticos. En industrias como la moda, el arte y el cine abundan las estrellas latinas. En 2015, en la entrega de los Oscar, la película mexicana Birdman, del director mexicano Alejandro González Iñárritu, ganó como mejor película; González Iñárritu se coronó como mejor director; el argentino Armado Bó integró el equipo que la escribió y ganó el mejor guión; y el mexicano Emmanuel Lubezki sumó otro Oscar a la mejor fotografía a su colección personal.

Pero ¿qué hace que los latinoamericanos marquen la diferencia? En el capítulo final de Latin Talks, plagado de entrevistados talentosos, muchos de ellos mencionan la pasión y el amor por la profesión que motiva a los latinoamericanos a brillar en otras latitudes. No cabe duda de que los talentos de la región hacen la diferencia, motivados por estas cualidades: son permeables, transparentes y encuentran la manera de transmitir los sentimientos que se plasman en ideas que viajan alrededor del mundo.

Por eso resulta casi inevitable concluir que hay que dejarlos ir. Alentarlos a que, como latinos, dejen esa marca en otro lugar para que griten bien fuerte “yo soy latino”.