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MARKETING 07.10.2019 | GLOBAL | LA EXPERIENCIA ES ELOCUENTE

¿Puede un gran marketing salvar a un mal producto?
No hay marketing milagroso para productos fallidos.

¿Puede un gran marketing salvar a un mal producto?

(Ad Age) - Como demuestra la experiencia, los consumidores son leales a las marcas que son igualmente leales a ellos.

Al lanzar su nueva compañía, Skewed Productions, Marcus Engman –ex jefe de diseño de Ikea- dijo: “Quiero mostrar que existe una alternativa para el marketing, que es realmente el diseño. Y si ustedes trabajan con el diseño y las comunicaciones de manera correcta, esa sería la mejor clase de marketing, sin comprar medios”.

Últimamente, el mercado ha sido inundado con compañías que parecen construir productos por sí mismos, y no para la gente que los utiliza. Hemos visto esto antes: hermosos restaurantes que sirven comida mediocre o apps tituladas atractivamente que entregan experiencias frustrantes del consumidor. La historia es siempre la misma: muy a menudo, esa gente está más interesada en hablar de la grandeza del producto que en invertir su tiempo en hacerlo grande. Y cuando la historia de un producto está conducida por ostentosas imágenes y marketing ensordecedor, una cosa termina siendo clara: fue construido con ego, no con esfuerzo físico. Es un obvio enfoque a corto plazo.

Construir un producto que provee real valor puede ser desafiante. Pero las compañías de valor duradero no están construidas sobre cimientos de marketing relumbrante y frases artificiosas. Los diseños de los productos bien pensados descansan sobre una piedra angular de verdadero marketing que promueve a un gran producto. Y si los emprendedores ponen a trabajar las cosas donde hacen falta, eso juega un gran papel para todas las partes.

¿No está seguro de dónde empezar? Aquí hay tres formas de catalizar el valor de un diseño de producto para su marca:

Escuche, luego construya

La mejor estrategia de negocios no es crear un producto que sirva a su negocio; es una noción más sostenible: construir un producto focalizado en servir a sus consumidores. Para hacer eso, las marcas deben primero centrarse en resolver un problema o agregar valor.

Cuando Georgina Gooley lanzó a Billie Razors, ella no sólo avizoró un futuro donde las mujeres estuvieran libres de la “pink tax”. Para llevar esa visión a la vida, el equipo de Billie supo que necesitaba afeitadoras justas para empezar. Estudios de mercado revelaron que los métodos de rasuramiento arrojaban cierta frustración en las mujeres. De modo que en lugar de diseñar hermosas afeitadoras que no resolvían los problemas funcionales que enfrentaban los consumidores, Billie se ocupó de crear una máquina que hiciera su trabajo, deleitara a sus usuarios y no terminara arrojada al tacho de basura.

Haga que sus usuarios confíen en usted                                    

Todas las relaciones de consumidores con las marcas, al margen de la industria o segmento, son construidas sobre la base de la confianza. Y cuando la confianza es fuerte, la lealtad de marca es mejor que nunca. Si, en cambio, los usuarios tienen razones para dudar de una marca, o no han experimentado un vínculo que haga valioso al producto, pronto estarán buscando otras opciones.

Tómese por ejemplo el caso de la protección del comprador de PayPal, una de las más convincentes cualidades que mantienen felices a sus usuarios. Esencialmente, Buyer Protection asegura que cuando se produce un desastre, los usuarios son elegibles para un completo reintegro de fondos casi sin mediar preguntas. PayPal asegura a los usuarios sentirse seguros por usar su plataforma al ofrecer paz mental.

PayPal sabe que la gente es leal a las marcas que son igualmente leales a ella.

Los aplausos se apagan pero el valor persiste

A menudo, la falta de alineación de los objetivos de negocios se hace aparente cuando las iniciativas fracasan. La marca entera sufre si las disciplinas independientes no trabajan en conjunto.

Tómese el diseño y el marketing de un producto. A pesar de que ambos son únicos en la dinámica del trabajo y la ejecución, la falta de integridad en el diseño de un producto crea una tarea imposible para el marketing: salvar a un producto condenado a fracasar desde el comienzo.

En 2014, Google X lanzó el Google Glass, una nueva e innovadora pieza de tecnología wearable soñada por un equipo de asesores, expertos y ejecutivos de la firma. Antes del lanzamiento, sus cristales de la era espacial eran el tema recurrente de la ciudad. Pero cuando la luna de miel terminó y los usuarios reales pusieron sus manos en el producto, éste se convirtió en uno de los peores engendros de todos los tiempos.

¿Qué había pasado? Desconexiones entre el desarrollo de productos de Google y los equipos de marketing durante la producción y desarrollo del Google Glass provocaron puntos ciegos en la experiencia del usuario que arruinaron toda la estrategia de la campaña. Moraleja: un mal producto no puede resucitarse o disfrazarse ni por la más agresiva campaña de marketing.

En esto estoy con Marcus Engman: si su marca se pone en el trabajo duro de entregar valor, su producto se convierte en su marketing. ¿El verdadero impacto? Los productos que consistentemente entregan sus promesas, y los negocios que operan con integridad. Usted no puede comprar un mejor marketing que ese.