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18 mar 2024 | COLUMNA EXCLUSIVA DE CIERRE

La principal tendencia en SXSW: la humanidad, por Guido von der Walde

El head of development y socio de la agencia Catorce Días comparte su impresión acerca de la reciente edición del festival de innovación y tecnología de Austin.

Estar en SXSW siempre te parte la cabeza en mil pedazos. No se trata sólo de la cantidad de contenido que puedes ver y el FOMO que te provoca, sino de la conexión de ideas que sucede en tu cerebro.

Sin importar si vas a mil conferencias o sólo a unas cuantas, si te echas todas las experiencias de marca o vas únicamente a las que regalan chelas y breakfast tacos, si charlas con una, diez o cien personas, inconscientemente terminas conectando todo lo que eras y pensabas antes de llegar con nuevas ideas de personas totalmente disímiles a ti. Y esa conexión de tus ideas con las de ellas es “everything, everywhere, all at once”.

Suena prácticamente imposible hacer un recap de todo lo que se aprende durante este proceso de revolución mental, pero soy de la idea de que cada persona puede sintetizarlo en una historia personal concreta. De hecho, sin importar el poder de síntesis que tengamos, todos los que vamos a SXSW deberíamos hacer el ejercicio de resumir lo que aprendimos en un concepto que quepa en una servilleta. Porque si no será demasiado abstracto y muy difícil de poner en práctica en tu vida cotidiana y lo volverá un conocimiento inútil.

En mi caso, de hecho, es apenas una palabra: humanidad.

Si existe una tendencia que ha persistido desde que visité SXSW por primera vez en 2019, no tiene que ver con las crypto, el metaverso, la web3, la IA o cualquiera de estas tecnologías que parecen sacadas de libros de ciencia ficción y superan mi comprensión de los futuros posibles que se abren frente a nosotros. Aunque este es un festival que parece centrarse en presentar las herramientas que vendrán, no nos podemos ir con la finta de que ese es su objetivo final.

Ni siquiera es “ayudar a las mentes creativas a lograr sus metas”, propósito que este año se esmeraron en propagar en las presentaciones de las conferencias.

En cambio, la tendencia constante y creciente que yo siento en SXSW es casi espiritual. Se trata de entender cómo aprovechar las novedades del mundo para ser cada vez más y mejores humanos, para evolucionar y trascender como especie.

La IA ya está aquí. OK. ¿Y ahora? ¿Cómo vamos a usarla? ¿Para qué? ¿Cómo la reglamentamos? ¿Quién podrá acceder? ¿Cómo la democratizamos? ¿Quién tiene nuestros datos y cómo los usará? ¿Afectaría el libre albedrío?

¿Ganamos o perdemos como especie con la IA? ¿Cómo nos aseguramos de que así sea?

Y esto es apenas un ejemplo. Así como la IA, cualquier nueva verdad que se expone en SXSW pasa por la lente de lo que implica para los seres humanos.

No soy inocente. Entiendo que este festival está plagado de banderas e ideologías que algunos buscan sembrar para favorecer sus propios intereses. Pero eso no quita el sentido de comunidad que se respira en cada rincón, y en esta edición lo sentí más presente que nunca.

SXSW es cientos de miles de personas conectando mutuamente sus ideas para dilucidar juntos cómo podríamos construir un mundo que sea mejor para todos. Y eso, personalmente, se me hace muy esperanzador.