¿Qué expectativas tiene de este nuevo cargo?
Es un desafío grande porque, no solamente estoy abarcando una nueva región, sino que también desde octubre manejo todas las categorías de Kimberly-Clark. En mis trece años en la empresa estuve en la categoría de femeninos, adultos o pañales para bebés, y ahora trabajo con todas, además de que se suma Chile. Es un doble desafío: de categoría y de región. Estoy súper entusiasmada porque en algún momento manejé alguna de las partes, y ahora el equipo se agranda. Algunos tienen menos de diez años en la empresa, así que para ellos sí es todo muy nuevo. 

¿Cómo encaran al mercado de cada país?
Nuestro equipo más grande está en la Argentina, y este año fue súper desafiante a la hora de acostumbrarnos al cambio de gobierno y a las nuevas reglas del juego, que todavía siguen cambiando. Chile es un país de mercado libre y mucha competencia, lo cual permite que se importen buenos productos de Asia, por ejemplo. Esto genera una doble oportunidad: nosotros podemos aprender del mercado chileno, y los chilenos pueden aprender de nuestra velocidad a la hora de adaptarnos al cambio. Además, en la Argentina y en Chile, por ejemplo, la categoría más fuerte es adulto con la marca Plenitud, lo que sirve como role model para los demás países de la región cuando se trata de competir. La población está envejeciendo, no nacen bebés, y los adultos quieren vivir más y mejor, lo que representa una gran oportunidad para nosotros. 

Tiene más de veinte años de experiencia en marcas de consumo masivo. ¿De qué manera piensa que los conocimientos adquiridos en ese tiempo aportan a su nuevo cargo?
Empecé mi carrera siendo financiera en Danone, que fue mi primera escuela. Toda la experiencia que conseguí, sobre todo en esa empresa, me sumó muchísimo a la agilidad, porque el producto se vence muy rápido en el mercado lácteo, así que hay que estar trabajando constantemente en los planes de acción. Dentro de Kimberly-Clark, la Argentina tiene un rol empoderante, porque nuestra manera de actuar era distinta al del resto de la región: teníamos que tomar decisiones diferentes y actuar de manera más rápida para poder ejecutar en el modelo anterior de gobierno. En este modelo también tenemos que ser rápidos, porque tenemos que adaptarnos al nuevo consumo, que cae a un número de doble dígito. Esa agilidad me la dio la experiencia y, por ejemplo, hace menos de un mes que incorporamos a Chile a la región, y ya estamos tomando decisiones juntos. 

¿Qué balance hace de este año?
Estamos todos esperando un segundo semestre tranquilo que nunca llegó. En diciembre del año pasado sabíamos que 2024 iba a ser complicado, y pensamos que íbamos a tener un segundo semestre de recuperación, ¡y no sucedió! Estamos aprendiendo que el efecto rebote del consumo va a tardar mucho más de lo que pensábamos, pero tenemos muchas herramientas internas para lograrlo. Por ejemplo, aprovechamos el contexto para hacer una campaña de Huggies, Hoy te bancamos más que nunca, y realmente funcionó porque se ejecutó en muy poco tiempo y logró amortiguar ciertas caídas en el consumo.