En Londres, Joaquín Cubría y Armando Bo explicaron el storytelling argentino
Como uno de los platos fuertes del último día del D&AD Festival, el creativo Joaquín Cubría (David Buenos Aires) y el guionista y director de cine Armando Bo (Rebolución) se presentaron en el escenario más importante del evento para ofrecer su propia explicación sobre por qué los publicitarios argentinos llevan tanto tiempo teniendo éxito en todo el mundo gracias a una habilidad que, cuando nació, no tenía aún el nombre con que se la conoce hoy en todas las latitudes: storytelling. “Hace unos dos meses recibimos la invitación para hablar de esto y dijimos que sí... antes de saber si podíamos ofrecer una respuesta”, arrancó diciendo Bo, y Cubría completó la propuesta diciendo que, tras preguntarse si ese storytelling argentino realmente existe, decidieron dejar la publicidad de lado y analizar a sus compatriota “desde una perspectiva honesta”.
Así, tras recorrer tópicos como el de la ambición argentina en general y la porteña en particular, Cubría y Bo mencionaron que se trata de un modo de vida que suele estar acompañado por frustraciones. “De algo estamos seguros —remató el creativo—: el drama es bueno para generar relatos”.
Llegados a ese punto se vieron obligados a advertir: “El material que ustedes están a punto de ver no pretende en modo alguno ser ofensivo. Lo incluimos sólo con propósitos ilustrativos. Es el resumen perfecto del ADN argentino, que explicaremos luego. Pero siéntanse de todos modos libres para chiflar”. Y allí apareció, claro está, el video con los dos goles de Diego Maradona ante Inglaterra en la Copa del Mundo de 1986, uno con “la mano de Dios” y otro, considerado el mejor de la historia de ese deporte, convertidos con una diferencia de apenas cuatro minutos.
Sobre el primero, recordaron que el poeta uruguayo Mario Benedetti dijo una vez que “el gol que Maradona les hizo a los ingleses con la ayuda de la mano de Dios es, hasta ahora, la única evidencia confiable que tenemos de la existencia de Dios”.
Sobre el segundo, los mismos Cubría y Bo explicaron que “expone la bravura argentina apasionada en bajar la cabeza, sortear todos los obstáculos y terminar batiendo al enemigo: Maradona, como argentino que es, entrega todo lo que tiene, y muy a menudo su propia dignidad”.
De allí ambos concluyeron que un aspecto central del ser argentino es perseguir la felicidad a cualquier costo.
Llegado el momento del contraste entre aquel “genio del fútbol mundial” (como lo definió un famoso relator) y el actual genio, los conferencistas fueron contundentes: “Si les decimos cuál de los dos goles de Maradona a los ingleses es el preferido en nuestro país, se sorprenderían: es triste. Y también es triste que hoy tengamos al jugador más grande del planeta, que no se droga y no engaña a nadie, y que en nuestro país no es amado, probablemente porque creció en España”.
Y así llegaron a un segundo gran punto de su pequeña tesis: “Estamos llenos de contradicciones... y las contradicciones también son buenas para generar relatos”.
Planteado todo esto, Cubría y Bo proyectaron este video de casi tres minutos, preparado por ellos mismos para esta charla, que pretende funcionar como un “pequeño esbozo de contexto social argentino en 2017”, en base a algunos hechos de los últimos años en el país.
“¿Será por todo esto que somos tan inseguros y que necesitamos estar constantemente confirmando la aprobación de los de afuera? —se preguntó retóricamente Cubría—. Porque en todo lo que hacemos trabajamos más duro para ser vistos y aplaudidos. Y quizás esto nos ayude a explicar por qué durante años creímos ser parte de Europa a pesar de estar en América Latina”.
LA SÍNTESIS
Luego de hablar de inmigrantes y de un 60% de extranjeros en 1920, Cubría y Bo concluyeron que el drama de la gente cuyas pertenencias cabían todas juntas en una valija, la ambición de vivir para trabajar y la contradicción de vivir en una tierra cuyo lenguaje desconocían los llevó a ejercitar la narración como una forma de supervivencia: “Necesitaban ser creativos, y el mejor ejemplo es el tango —sintetizó Cubría—. Y por otra parte, toda esta mezcla de culturas provoca caos... y el caos también es bueno para generar relatos”.
De allí surge que ellos, los hijos y nietos de aquellos inmigrantes, tengan en su sangre una mezcla tan fuerte de todas esas características juntas, con el eterno temor de las crisis económicas y políticas que siempre azotaron al país. “Y, para nosotros, la solución contra las crisis es la improvisación... y ya sabemos que la improvisación también es buena para generar relatos —concluyeron, y aclararon—: Aunque, claro, no suele ser buena para el éxito como comunidad o como país; pero siempre nos ayuda a tener éxito como individuos”.
Antes de concluir su presentación con un reel de algunos grandes comerciales argentinos de los últimos veinte años y luego de repreguntar aquello de si la Argentina es realmente buena en storytelling, Cubría y Bo remataron su presentación explicando: “En las últimas décadas nuestros relatos están ganando muchos premios. Pero no estamos tratando de contagiar al mundo con la idiosincracia argentina, sino devolviéndole al mundo lo que recibimos de aquellos barcos cien años atrás”.