Ray Kurzweil: “La inteligencia artificial nos hará más divertidos y más sexies”
En el quinto día de la última edición de Cannes Lions tuvo lugar una conferencia del inventor, ensayista y futurólogo Ray Kurzweil, quien actualmente trabaja para Google y es conocido por haber predicho un gran número de desarrollos tecnológicos de los últimos años. La conferencia tuvo como título “Fusión: el espacio cada vez más estrecho entre la tecnología y nosotros”, y repasó el desarrollo de las tecnologías de la información en los últimos doscientos años, además de brindar algunas predicciones acerca del futuro de los desarrollos de la inteligencia artificial.
La conferecia de Kurzweil fue precedida por una introducción de Mark Holland, director global de estrategia y planeamiento de PHD (la compañía que invitó a Kurzweil a Cannes). Holland señaló que cualquier tecnología que resultó exitosa, ya fueran los aviones o las computadoras, ha sido capaz de desencadenarnos para permitirnos ir un paso más allá, en un camino hacia la abundancia. “El desarrollo tecnológico es más rápido y está haciendo que la tecnología venga en nuestra dirección, cerrando la brecha que no separa, como en el caso de los smart glasses. Este proceso tiene lugar en cinco etapas, y nos encontramos en la mitad del recorrido”.
La primera etapa de este proceso, según Kurzweil, tuvo lugar entre 1950 y 1995, y estuvo enfocada en un proceso de surfacing, con la información apareciendo en pantallas. La siguiente etapa, que se desarrolló entre 1990 y 2010, fue de organización de esa información en sistemas operativos, sitios web, etcétera. Y entre 2010 y 2015 se dio una etapa de extracción de datos, a través de algoritmos y machine learning, que llevó a la siguiente era, comprendida entre 2020 y 2025, que se enfocará en la anticipación, con tecnologías de inteligencia artificial que estarán en condiciones de predecir y anticiparse a los problemas. Una vez que se logre esto, entre 2030 y 2060 se entrará en un proceso de elevación.
Ray Kurzweil abrió la charla afirmando que las primeras tecnologías creada por los seres humanos fueron el lenguaje hablado y las historias. “Así que déjenme contarles algunas historias acerca de mis aventuras —agregó—, la historia del pensamiento humano y hacia dónde nos llevará”.
La primera historia que contó Kurzweil se refirió a su infancia y a su relación con su abuela, que fue la primera mujer en obtener un Phd en química y la hija de la fundadora de una de las primeras escuelas para mujeres, a fines del siglo XIX. Kurzweil contó que se dio cuenta de que quería ser inventor cuando tenía cinco años y su abuela le mostró una maquina de escribir. En esa máquina su abuela escribió la historia de la escuela fundada por su madre, su experiencia académica y cómo tuvo que irse de Europa escapando de Hitler. “Yo estaba más interesado en la máquina que en la historia que mi abuela hab+ia escrito con ella. Para mí era una máquina mágica, que lograba que un pedazo de papel se viera como algo salido de un libro. Pero mientras la magia pierde la gracia cuando descubrimos cómo funciona, yo me di cuenta de que en el caso de la máquina y de la tecnología era exactamente al revés”.
El pequeño Kurzweil comenzó entonces a coleccionar e inventariar pequeñas máquinas, bicicletas viejas y todo tipo de artefactos. En 1960, cuando tenía 12 años, el futuro inventor ya estaba manejando una de las 12 computadoras que existían en Nueva York. Cuando tenía 14, se dio cuenta de que con las computadoras se podían inventar mundos virtuales y simular el pensamiento. “De hecho, formulé una hipótesis acerca de cómo funciona el cerebro: a través de una serie de módulos, cada uno podía aprender ciertos patrones y luego estos se organizaban a su vez en una jerarquía superior, siendo posible crear este nivel superior artificialmente”. Luego de investigar estas cuestiones durante cinco décadas, Kurzweil pudo escribir su libro How to create a mind (publicado en 2012),en el que logró desarrollar esa hipótesis, gracias a la evidencia brindada por las neurociencias.
El científico se refirió a que la evolución biológica demuestra que toda la naturaleza se organiza en jerarquías, para señalar que el cerebro humano evolucionó del mismo modo. Kurzweil se remontó a la aparición del neo cortex, una fina capa que envuelve al cerebro de los mamíferos, los únicos seres vivos que la poseen, en la historia de la evolución natural y el importante papel que cumplió en el lugar que ocupan los seres humanos en el mundo. “El neo cortex abrió una nueva capacidad de pensamiento: la innovación, la creatividad. Sólo los animales con neo cortex pueden aprender nuevos comportamientos. Los no-mamíferos sólo tienen comportamientos fijos”, explicó Kurzweil. Hace 65 millones de años hubo un repentino y violento cambio del medio ambiente a nivel global, cuando los dinosaurios y un 75% de todos los animales se extinguieron. En ese momento los mamíferos tuvieron la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios, llevando a que hace dos millones de años los primates desarrollaran el neo cortex frontal, que habilitó conocimientos cualitativamente diferentes, como el lenguaje hablado. “La aparición del neo cortex fue una oportunidad única. Sin embargo, cuando desarrollemos el próximo neo cortex no será lo mismo”, adelantó Kurzweil.
El experto pasó a explicar su estudio de las tendencias en tecnología, en el que descubrió que existe un aspecto del futuro que es notablemente predecible, y este es que el poder de las tecnologías de la información aumenta cada año —desde los métodos electromecánicos como los que usaban las pianolas hasta los circuitos integrados, pasando por los tubos de vacío y los transistores—, pero no de manera lineal, sino exponencial: un smartphone es un millón de veces más potente y más barato que la computadora del MIT en la que Kurzweil trabajaba en los años 60. Este ritmo de desarrollo exponencial (denominado “ley de retornos acelerados”) fue descubierto en 1981 por Kurzweil y se aplica a muchos campos de la actividad humana, como la energía solar y la medicina. Esta ley le permitió a Kurzweil predecir gran parte de las nuevas tecnologías que recién llegarían a generalizarse en 2015.
Kurzweil continuó su conferencia refiriéndose a la impresión 3D, que comenzará a consolidarse en 2020, y señaló que la economía del futuro estará compuesta por un mercado abierto en el que se podrán obtener todo tipo de recursos gratuitamente, como un mercado de diseños de ropa para que cada quien pueda crear sus propias vestimentas con una impresora 3D. El científico señaló también que la miniaturización de las computadoras continuará, y llegará a posibilitar alrededor de 2030 la creación de dispositivos del tamaño de un glóbulo rojo, que podrán adelantarse a las enfermedades del cuerpo. Kurzweil también adelantó que en pocas décadas existirá la posibilidad de conectar el neo cortex a la nube. “Lo que vamos a hacer en 2030 es comunicar un nanobot a una neurona y conectarlo a la nube, posibilitando que cualquier persona con un smartphone pueda tener acceso a todo el conocimiento humano”, explicó. El propósito de este tipo de desarrollos, de acuerdo a Kurzweil, es extender el neo cortex integrándolo a un neo cortex mayor, de un modo análogo a lo que pasó hace dos millones de años, con el neo cortex de algunos primates. “Seremos capaces de crear expresiones más profundas: tendremos música más profunda, seremos más divertidos y más sexies, podremos expresar mejor nuestras emociones”, predijo Kurzweil.