Por Antonio Lucio
Chief marketing officer global de Facebook

La autodefensa y la sed por el feedback son cualidades esenciales para la gestión de la carrera y la vida, desde el aula hasta la sala de reuniones.

Me considero un estudiante de liderazgo de toda la vida, y mi búsqueda de aprendizaje a veces me lleva a los lugares más insólitos. La semana pasada fue en una reunión de padres y maestros, de mi hija Carolina, de diez años. Sus maestros me dieron un informe completo sobre su progreso, y luego dedicaron un tiempo a hablar sobre dos habilidades que la escuela consideraba críticas para el desarrollo de la vida de los estudiantes: la autodefensa y la sed de retroalimentación (o feedback) constructiva. A Carolina le iba muy bien en la escuela. Fue una gran colaboradora de los debates en clase y fue amable con sus compañeros. Ella era excelente para recibir comentarios y seguir instrucciones, pero necesitaba mejorar su autodefensa con los maestros y otros estudiantes. Mientras me preparaba para tener una excelente conversación con mi hija, me di cuenta de que la autodefensa y la sed de retroalimentación son cualidades esenciales para la gestión de la carrera y la vida.

Se ha escrito y dicho mucho sobre el camino del desarrollo profesional; sobre lo que las personas deben esperar de la empresa para la que trabajan y lo que deben poseer. Es cierto que hay empresas que están más estructuradas en la forma en que gestionan la carrera de sus empleados. Pero un principio es coherente, tanto si trabaja para empresas estructuradas de desarrollo profesional o start-ups. El desarrollo profesional es una calle de doble sentido. Es necesario que exista un matrimonio entre las oportunidades que una empresa puede brindar y las ambiciones, aspiraciones y capacidades que posee el empleado. Suena bastante obvio, pero hay un factor que mucha gente pasa por alto. En este trayecto, existen enormes ventajas para quienes se hacen cargo y deciden ser dueños y conducir su lado de la calle. Son las personas que saben abogar apasionadamente por su desarrollo y tienen una sed insaciable de retroalimentación.

La autodefensa es la capacidad de decir lo que se necesita, desea y espera en la vida. Es el coraje de expresar de manera constructiva cómo uno se siente. Es tener la humildad de hacer preguntas obvias y admitir errores. Es el compromiso de aprender y mejorar a través de las acciones. Se trata de defenderse a sí mismo y a los demás frente a la injusticia. La autodefensa es una habilidad que abrirá la puerta a conversaciones transformadoras, desarrollará la confianza en uno mismo y permitirá oportunidades profesionales. Al principio de una carrera, la autodefensa ayuda a recopilar información sobre cómo se hacen las cosas: qué proceso seguir, las personas adecuadas para involucrarse, qué trampas evitar. Más adelante en la vida, la autodefensa también ayuda a las personas a presentar su trabajo y el trabajo de su equipo con convicción y propósito, cuando los proyectos compiten por recursos escasos. Por último, la autodefensa permite a las personas concentrar los esfuerzos necesarios para tener éxito en la posición en la que se encuentran, y alcanzar la posición en la que quieren estar en el futuro.

Muchas personas asumen un papel pasivo en la gestión de su carrera, esperando que el proceso de desarrollo de la empresa los eleve, o confían en la capacidad de su gerente para decodificar aspiraciones profesionales no reveladas a través de acciones, comportamientos y habilidades percibidos. Pero eso puede no ser suficiente. La gente cambia de opinión, o, a través de la información, identifican un nuevo camino, o la vida los toma por sorpresa. A veces es difícil para un gerente realizar un seguimiento de todo lo que sucede en la vida y la mente de todos los empleados. La autodefensa facilitará conversaciones fluidas y francas que asegurarán la alineación entre la misión de la empresa y las aspiraciones de los empleados en cualquier momento dado.

Si la autodefensa se trata de defender lo que necesitamos y queremos, buscar comentarios se trata de llevar la cuenta. La retroalimentación es lo que nos permite confirmar y repetir lo que funcionó, y corregir o evitar lo que no funcionó. No es para los que controlan sus emociones, pero adoptar la disciplina puede ser la forma más eficiente y eficaz de gestionar una carrera. Cuidado con lo que no sabes porque te puede matar. Lo que sabes, por muy malo que pueda ser a veces, siempre puedes afrontarlo. Los empleados, independientemente de su rango o cultura empresarial, deben solicitarlo, primero porque acelerará su proceso de aprendizaje y segundo porque mostrará su compromiso con la mejora constante.

Recientemente, recordé el poder de buscar comentarios. Después de ofrecer una presentación impecable a la Asociación de Anunciantes Nacionales (Association of National Advertisers), la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, se topó conmigo en un pasillo. Conozco a Sheryl desde hace un tiempo, y es una ejecutiva muy dotada, con credenciales académicas impecables, así como roles de liderazgo clave en el Departamento de Tesoro (Treasury Department), Google y Facebook. Tras una cálida bienvenida, sus primeras palabras fueron: “Antonio, dame tu opinión. ¿Qué puedo mejorar la próxima vez?”. La pregunta me tomó con la guardia baja. “Sheryl, lo hiciste genial”. Ella retrocedió: “Por favor, piénselo y envíeme una nota con sus comentarios. Así es como mejoro”.

Si alguien tan exitoso como Sheryl Sandberg puede aprovechar el poder de la retroalimentación, quizás todos deberíamos hacerlo también. No hace falta decir que le conté a mi hija Carolina la historia de Sheryl esa noche.

(*) Columna traducida de la nota digital, en inglés, The Importance of Self Advocacy, publicada el 13/12/2011 en The Huffington Post.