Antonio Lucio comparte lo que aprendió sobre liderazgo en San Juan
Por Antonio Lucio
Chief marketing officer global de Facebook (hasta el 18/09, como anunció)
La vida les dará insights en los lugares más inusuales a quienes estén dispuestos a escuchar. Esta vez, para mí fue el Viejo San Juan, Puerto Rico, la ciudad donde pasé mi juventud y mi lugar favorito en el mundo. Cada Navidad voy allí en peregrinación, para recuperar mis raíces y reencontrarme con viejos amigos y familiares. Uno de mis rituales desarrollados recientemente es pasar una tarde con Charles Juhasz-Alvarado, un artista y escultor puertorriqueño. Charles tiene una misión muy clara en la vida, crear obras que haga que las personas piensen en situaciones, noticias u objetos cotidianos de formas nuevas y diferentes. Le importa crear piezas que resistan al paso del tiempo. Con ese objetivo, transforma elementos cotidianos en enormes estructuras para tocar y explorar; por ejemplo, construyó una casa de muñecas del tamaño de un adulto con una caja de limpiabotas, donde la gente puede ver y experimentar el alma mágica que habita lo ordinario. Charles está comprometido con su misión y, a través de sus palabras y acciones, demuestra claramente que existe una coherencia total entre quién es y qué hace.
Una de mis instalaciones favoritas “celebra” el papel de las termitas en nuestras vidas. Charles creó una banda musical de termitas de madera de tamaño natural, que parecen modelos de construcción recién ensamblados. Celebrar las termitas, ¿por qué?, me atreví a preguntar, y me sorprendió mucho lo que escuché: “La termita simboliza mi lucha existencial y física por trascender”. Charles ama la madera, porque representa la piel de la tierra; es fresca, original y real. Las termitas también aman la madera, ya que se alimentan de ella para sobrevivir. Son el señor Shiva de nuestro mundo, manteniendo el equilibrio en la naturaleza: no hay creación sin destrucción. Charles respeta y admira a este diminuto insecto que se interpone en el medio de su trascendencia. Sabe que eventualmente perderá la pelea, pero aprender sobre la termita le permite innovar a su alrededor para asegurarse un día más de vida para su trabajo y su legado. Charles considera que la termita es una maldición, pero también una bendición: una maldición, porque la termita destruye su trabajo; una bendición, porque es la motivación para hacer un trabajo mejor y más duradero. De ese conflicto y paradoja surgen sus creaciones.
También exploré con Charles el concepto de integridad creativa. Él cree que para mantenerse fiel a su misión en la vida debe aplicar su máxima energía, pasión y creatividad a todas las tareas que se le presenten; lo grande y épico, así como lo pequeño y malo; el trabajo que se le encarga con especificaciones ajustadas, así como el trabajo amplio y abierto que inicia. Cada trabajo es una oportunidad para expresar su misión, para mirar las cosas de manera diferente, para potenciar, mejorar o transformar lo que tiene frente a él. La creatividad es una parte integral del ser de Charles, por lo que no puede “encenderla” y “apagarla” a pedido o preferencia personal. La creatividad y la imaginación necesitan combustible y práctica constantes. Si las aplicara sólo a los proyectos que ama, con el tiempo, eventualmente podría drenarlo y destruir lentamente su esencia.
Mi tarde con Charles dio lugar a conversaciones muy interesantes con mi hija Clara, que está comenzando una carrera empresarial. Charles encarnó tres principios que nunca debemos olvidar. Primero, necesitamos definir nuestra misión en la vida y asegurarnos de que el trabajo que hacemos sea consistente con esa misión. Como líderes, dedicamos mucho tiempo a definir la misión de nuestra empresa y poco tiempo a definir nuestro propósito personal en la vida. Sólo mediante la integración de la misión empresarial y personal encontraremos plenitud y sentido en nuestro trabajo y nuestra vida. La integración del mundo material cotidiano con nuestra sed espiritual de significado nos permitirá trascender y dejar una huella en nuestro mundo. En segundo lugar, debemos aceptar los conflictos y las paradojas como fuentes de inspiración e innovación. La tensión constructiva conducirá a una creación significativa y, para eso, la diversidad de pensamiento es clave. Finalmente, debemos mantener un enfoque de compromiso constante con la vida. La creatividad, la inspiración y la pasión deben manifestarse en todo lo que hacemos: lo bueno, lo aburrido y lo extraordinario. Todo y todos los que tocamos pueden transformarse para mejor.
Entonces, lo que se suponía que sería un día de apreciación del arte terminó siendo una maravillosa reflexión sobre el camino del liderazgo. No debería sorprenderme; ser un estudiante de liderazgo es lo que soy y no puedo “encenderlo” y “apagarlo” a pedido. Compré una pieza maravillosa de Charles: una termita que hoy se encuentra en mi sala de estar. A veces siento que es un ser mágico que se levanta por la noche para hacer travesuras en la casa, y probablemente sea el responsable de esas maravillosas ideas locas que a veces me despiertan en medio de la noche...
(*) Columna traducida de la nota digital, en inglés, Ode to the Termite: What I learned about leadership from an artist in old San Juan, publicada el 27/01/2012 en The Huffington Post.