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11 mar 2022 | INTERROGANTES

Por qué los hoteles de la marca Hyatt siguen operando en Rusia

(Ad Age) - Hyatt y otras grandes cadenas hoteleras estadounidenses han estado relativamente tranquilos mientras que otras empresas orientadas al consumidor han cortado sus vínculos con Rusia.

La creciente lista de empresas que están rompiendo sus lazos con la economía rusa no incluye hasta ahora a los hoteles Hyatt. La cadena, con sede en Chicago, y las otras grandes firmas hoteleras estadounidenses han permanecido relativamente tranquilas en los últimos días, mientras que otras marcas conocidas, como Visa, Mastercard, McDonald’s, Starbucks y Apple, entre otras, han tomado medidas significativas para cerrar, al menos temporalmente, sus negocios en Rusia.

A finales de la semana pasada, Hyatt publicó en su sitio web una declaración humanitaria sobre la situación, señalando que la empresa está “desconsolada por la devastación que se está produciendo en Ucrania y las crecientes tragedias resultantes de las acciones militares, la pérdida de vidas y la dislocación de cientos de miles de personas. Nuestra atención inmediata se centra en la seguridad y el bienestar de nuestros colegas y huéspedes, tanto en Ucrania como en los países vecinos, que se enfrentan a estos desafíos desmesurados”.

En respuesta a las preguntas sobre si la empresa seguiría teniendo presencia en Rusia, un portavoz de Hyatt no abordó el asunto, sino que reiteró el sentimiento de la declaración inicial y confirmó su espacio relativamente pequeño en el país: Hyatt gestiona ―y no posee― cinco hoteles en Rusia, entre los que destaca el hotel de lujo Ararat Park Hyatt en Moscú.

Pero cada vez que una marca estadounidense conocida se aleja de Rusia aumenta la presión sobre Hyatt y sus competidores para que sopesen las implicaciones de seguir su ejemplo y cortar el negocio en ese país frente a la reacción que podrían sufrir si no lo hacen.

“Es un cálculo complicado para Hyatt”, dice Scott Antel, un abogado especializado en la industria de la hospitalidad que vivió en Rusia durante 22 años hasta 2015 y que sigue asesorando a los inversores hoteleros rusos en el país. Por un lado, ninguna empresa hotelera quiere aparecer como afiliada al agresor en una guerra no provocada. Hyatt podría alejarse sacrificando únicamente las comisiones que recibe de los propietarios de hoteles, al menos a corto plazo.

Pero eliminar el nombre y el servicio de gestión de un hotel también afecta a cientos de empleados que Hyatt ha ayudado a formar y que podrían quedarse sin trabajo. Ellos y los futuros huéspedes podrían albergar malos sentimientos hacia la marca, lo que podría dificultar la reanudación del negocio de Hyatt en el país.

“La gente recuerda estas cosas. No es bueno ―dice Antel, que ahora vive en Dubai y es miembro de la Sociedad Internacional de Consultores de Hostelería―. La buena voluntad de los clientes tarda mucho en reconstruirse”.